miércoles, 27 de abril de 2011

Crónica de la "Semana Santa" 2011

A la Semana Santa de 2011 se la puede catalogar como la pero del siglo XXI y, seguramente, entre las 3 peores de la historia de la Semana Santa, siendo en el año 1933 cuando se dio una situación similar, aunque no fue por motivos meteorológicos, sino por motivos políticos.

De las 60 hermandades que procesionan en la Semana Santa hispalense, 26 pudieron hacer tranquilamente su estación de penitencia, mientras que las 34 restantes, que suman 66 pasos y 33.000 nazarenos no pudieron salir de sus templos, aunque algunas, como la del Dulce Nombre el Martes Santo, o la del Sol y la Trinidad, el Sábado Santo, vieron frustradas sus salidas al sorprenderles la lluvia en la calle.

Tras una gran jornada de vísperas, con sol y calor, nos llegaba el Domingo de Ramos, tan soleado y caluroso como de costumbre. Las hermandades desfilaron tranquilamente por Sevilla, siendo la primera en echarse a las calles la Hermandad de la Paz, desde el barrio del Porvenir, y la primera en pisar la Campana fue la del Amor, con el primero de sus pasos representando la Entrada en Jerusalén. Desde Molviedro nos llegaba la de Jesús Despojado, y desde Santa Catalina la Hermandad de la Cena, que este año cambió los faroles por candelabros de guardabrisa en su primer paso. más tarde, aparecería desde San Julián la clásica Hermandad de la Hiniesta, y desde Recaredo la de San Roque. Desde Triana nos llegaba la Estrella, la segunda hermandad en pisar las calles del barrio, ya que dos días antes lo hizo la recién estrenada Pasión y Muerte. Desde San Juan de la Palma veíamos venir esos nazarenos de la Amargura que, aunque vistan de blanco, van en un autñentico silencio, y desde el Salvador salía la segunda parte de la hermandad del Amor, esta vez saliendo los mayores de  la corporación y vistiendo de negro.

Así terminaba la primera jornada de la Semana Santa 2011, que parecía que por fin el tiempo nos iba a respetar...pero no fue así. la alarma saltó a eso de las 11 y media de la mañana del Lunes Santo, cuando la Hermandad del Polígono San Pablo comunicaba que este año se quedaban en casa, debido al gran riesgo de lluvia que había a lo largo del día. Pero, pese a los partes meteorológicos, la Hermandad de Santa Genoveva, sabiendo que tenía a todo su barrio esperándole, no pudo faltar a la cita,  y así fue. la cruz de guía se puso en las calles del Tiro de Línea, camino del centro. Más tarde, la Hermandad de la Redención no quería faltar a la cita del L aniversario de la primera salida procesional de su Dolorosa, la hermosa Virgen del Rocío, así que desde Santiago empezaron a desfilar nazarenos blancos y morados-verdes. A eso de las 3 menos veinte de la tarde, desde el Barrio León llegaba la marea de capirotes blancos que acompañan a Jesús ante Caifás y a la Virgen de la Salud, de la hermandad de San Gonzalo. Cerca de las 6 y media se abrían las puertas de San Andrés dando paso al recogimiento que surge en el momento en que sale la Hermandad de Santa Marta, y sobre esa misma hora, muy cerca del Postigo, también se ponía en la calle la Hermandad de Las Aguas, ya con el paso de misterio totalmente terminado. Sobre las 8 y media, ocurria lo que los mateorólogos advertían durante toda la jornada. FUe una lluviamuy ligera, de poco tiempo, que pudo haber hecho pensar a las hermandades, tanto las que ya estaban en la calle como a las que todavía no, si seguir adelante. Pero fue la valiente decisión de la Hermandad de la Vera+Cruz lo que hizo que la jornada se pudiese completar tranquilamente. Tan Solo faltaban por salir dos hermandades, ambas muy cercanas, la de Las Penas, desde San Vicente, y la conocida como del Museo, por residir en la capilla del Museo de Bellas Artes.

La jornada del Lunes transcurrió con normalidad, pese a la decisión del Cautivo de no hacer estación de penitencia, aunque lo peor estaba por llegar. El Martes Santo amanecía nublado, y, por no querer volver a experimentar lo mismo de 2007, la hermandad del Cerro del Águila no se arriesgaba, y comunicaba que en 2011 se quedaba en casa. La hermandad hizo bien, ya que pocas horas más tarde comenzaba a llover, cosa que no pararía hasta bien entrada la madrugada, ya en el Míercoles Santo. La Segunda hermandad que confirmaba que no saldría era San Esteban, y más tarde la de los Estudiantes. Un hecho inusual en días de lluvia ocurría en Omnium Sanctorum, donde pese al gran aguacero que caía, la Hermandad de los Javieres abría sus puertas dispuestos a echarse a las calles. Viendo que la lluvia no cesaba, la Hermandad decidía no hacer estación de penitencia, a la que más tarde se les uniría la de la Candelaria, y la de San Benito, del popular barrio de la Calzada. La próxima en decidirse quedarse en casa fue Santa Cruz. Aquí parecía que ya el Martes Santo estaba acabado, pero recordando los hechos del 2003, la hermandad del Dulce Nombre fue Valiente y decidió salir. En la calle le esperaba una abarrotada plaza de San Lorenzo. Comenzaron a salir los nazarenos y luego el misterio de Jesús ante Anás. Legando a la esquina de Cardenal Spínola, empezaba a llover de nuevo, y viendo que no cesaba, la hermandad decidía dar media vuelta, para así terminar con una triste jornada de Martes Santo.

Tras un Martes Santo pasado por agua, el Miércoles Santo aparecía nublado, con el miedo en el cuerpo de que ocurriera lo mismo que el día anterior. Pero todas esas dudas se disiparon cuando desde Nervión se abrían las puertas de la Parroquia de la Concepción, dando paso a nazarenos blanquinegros de la Hermandad de la Sed. Más tarde haría lo mismo la Hermandad de San Bernardo, uniendo cada año a todo su barrio. A las 3 se volverían a abrir de nuevo las puertas de Omnium Sanctorum, pero esta vez bajo un sol radiante, dando paso a nazarenos carmelitas de la hermandad del Carmen Doloroso. Mas o menos sobre las 5 y media se ponían en la calle las cruces de guía de las Hermandades del Buen Fin y del Baratillo, haciendo lo mismo pocos minutos después la de la Lanzada. La única hermandad de un corte más serio que las demás de la jornada, la del Cristo de Burgos, salía pasadas las 7 y media, con una plaza de San Pedro abarrotada.
La siguiente en salir sería la segunda hermandad residente en la Parroquia de San Vicente, la de las Siete Palabras, estrenando acompañamiento musical para el Crucificado, con la banda de Cornetas y Tambores Esencia, de un corte clásico parecido al de la Centuria. la última en salir a la calle fue la de la última dolorosa en coronarse, la Virgen de Regla, titular de la Hermandad de los Panaderos, que también irá a Madrid en verano para la JMJ 2011. Así terminaba una intensa jornada de Miércoles Santo, que triste mente sería la última completa en esta Semana Santa.

El Jueves Santo confirmaba lo que decían los pronósticos meteorológicos: lluvia para todo el día. La primera en quedarse en casa sería la de Las Cigarreras, tras ella vendrían los Negritos, la Exaltación y Montesión, por lo que no hubo permutación entre estas dos hermandades este año. Luego decidía no hacer estación de penitencia la hermandad de la Quinta Angustia, y la del Valle, siendo la útima en decidir no salir la de Pasión, con lo que nos perdimos a la Virgen de la Merced con banda de música tras más de 100 años en silencio.

En la noche más mágica de todo el año, ocurría más de lo mismo. Cientos de personas de agolpaban en la zona de la calle Resolana, esperando a la Señora de Sevilla, pero este año, decidía quedarse en casa. Luego le acompañó la del Silencio, y más tarde la del Señor de Sevilla, el Gran Poder. tras dos horas de espera, la incertidumbre crecía. El barrio de Triana se concentraba en solo una calle, Pureza, esperando a la Señora de Triana. Llegaban las bandas, y la calle explotó en aplausos creyendo en el milagro de 2004, en el que fue la única en hacer estación de penitencia de la madrugá. la Hermandad pedía media hora, pero tras esa media hora, la lluvia no cesaba, y encima de todo, con truenos y relámpagos. Por tanto la hermandad decía que no hacía estación de penitencia, siendo la primera vez en 126 años quedándose en casa. La sigueinte que comnunicaba que tampoco saldría era la de los Gitanos, y más tarde la del Calvario. Así acababa una madrugá...pasada por agua.

Tras dos jornadas sin ver la Semana Santa, la gente esperaba que el Viernes Santo fuese distinto. Pero así no ocurrió. Las hermandades de la Carretería y el Cachorro decidían no hacer estación de penitencia. Luego decidía lo mismo la de la O, y más tarde la de la Soledad de San Buenaventura. Todo indicaba que pasaría lo mismo que los dos días anteriores, y así fue. Las hermandades de San Isidoro y la Mortaja decidían no salir, al igual que la de Montserrat que fue la última en comunicarlo.

El Sábado Santo fue un tanto distinto a los días anteriores. Como su nombre indica, la Hermandad del Sol era la primera en salir tras dos días sin ver nada por las calles. Parecía que, para el último día, el tiempo respetaría...pero ocurría lo mismo que en día anterior. Sobre las 4 de la tarde, la Hermandad de los Servitas decidía no hacer estación de penitencia. A esa hora, y tras esperar cerca de una hora, En María Auxiliadora se volvían a ver nazarenos...aunque por poco tiempo, ya que enfilando la calle, y justo cuando el misterio del Decreto salía de la Parroquia, comenzaba a llover. Esto hizo que la corporación se diera la vuelta. La hermandad del Sol se apresuraba y logró refugiarse en la Catedral, de la que saldría horas más tarde, arropada por un gran número de sevillanos. La jornada se completaría con las Hermandades del Santo Entierro y la de la Soledad, que decidían tambien no hacer estación de penitencia.

Todo cambiaría por la noche, donde un gran número de personas se agolpaban a las puertas de Santa Marina esperando que saliese la última de la Semana, la del Resucitado. Y así fue. La Hermandad se echaba a las calles a sabiendas de que era la única en hacer su recorrido entero tras tres largos días de lluvia intensa. Como siempre, al salir de Catedral una gran multitud acompañó hasta su entrada a la cofradía, donde a los sones de Amarguras, entraba el palio de la Virgen de la Aurora.

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