lunes, 19 de septiembre de 2011

Lo rápido que pasa el tiempo...

Tal vez ustedes no se han dado cuenta, pero tal día como hoy, 19 de Septiembre, estábamos todavía resacosos de algo que, desde mi punto de vista, fue insuperable. Todavía aún hoy estábamos soñando, recordando, como una salida extraordinaria puede llegar tan lejos, y ocupar tantos corazones.


Una noche más, y por segunda vez en el mismo año, la Esperanza volvió a llenar Sevilla. Un gentío de gente ocupaba las zonas aledañas a las murallas norte de la ciudad, esperando a que Ella, volviese a pasearse por la ciudad.


Esta vez iba sin palio, más sencilla que de costumbre, pero igual de hermosa que siempre. Esta vez se le pudo ver esa cara de niña sin la sombra de las bambalinas, se pudo ver como la gente se volvía a emocionar con Ella, y es que Ella, es la Madre y Señora de Sevilla.


Muchos hablaron mal de la hora de salida, sobre las 3 de la madrugada, muchos hablaron mal del largo recorrido, muchos hablaron mal de que esa salida era innecesaria...y más en un lugar como es un Estadio que tiene de todo, menos Olímpico. Pero, al fin y al cabo, nadie se acordó de todo eso cuando la Señora pasaba por su Hospital, pasaba por su antigua casa y donde muchos tenían miedo que volviese a entrar, y nadie se acordó de esas 24 horas que la basílica se quedó vacía esperándola.


Tuve la suerte de ser testigo  de todo aquello, de la fría noche que pasé en la puerta de la Basílica esperándola, y que en cuanto ella apareció, todo frío desapareció para convertirse en una magífica noche de esas de principios de primavera, cuando el azahar estalla y llena de color las calles; de verla pasar por lugares  inusuales, Avenida de Torneo, Parque del Alamillo, Glorieta olímpica, San Lázaro, Puente del Alamillo...pero todo aquello, sin duda, es como si la viera pasar por Parras, Alameda, Cuna a los sones de Aniversario Macareno, Macarena, Coronación de la Macarena, Spes Nostra... que hacía que las grandes avenidas por las que pasaba se estrecharan con la marea de personas que la acompañaban, para que volvieran a decirle al mundo que la Esperanza Macarena es la Madre de Dios y de los sevillanos.


Con estas líneas he intentado trasmitir todo lo que ocurrió un 18 de Septiembre de 2010, día de la Beatificación de Madre María de la Purísima, y de la Salida, no extraordinaria, sino inigualable de la Esperanza Macarena Coronada.

                                                                                                                   Antonio Medina, La Esquina Cofrade



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