Sin duda había que ponerlo, ya que fue un hecho mágico, inigualable. Yo era pequeño, no tenía mucho uso de razón, pero sin duda, ese momento me impactó. Se trata nada más y nada menos que del encuentro de las Esperanzas en la madrugá de 1995.
Todo sucedió en la Madrugá del 14 de abril de 1995, en la ciudad de Sevilla, cuando la Esperanza Macarena se disponía a salir por la puerta de "Los Palos" de la Catedral de Sevilla para acabar su carrera oficial y continuar la procesión. En ese momento una débil lluvia hizo presagiar lo peor, pero nadie contaba con lo que sucedería un poco después. La Macarena no salió de la Catedral, y por tanto esperó en su interior, en un lateral antes de la salida. Mientras tanto, las demás Cofradías continuaban con su recorrido, ya que la llovizna desapareció, por tanto, pasaron justo por delante del palio el Cristo del Calvario (de la Cofradía del mismo nombre) y la Virgen de la Presentación.
Poco después, a las 7 de la mañana, el Cristo de las Tres Caidas de Triana se volvía tímidamente a la Macarena. Pero el momento culme estaba por llegar, un momento histórico nunca ocurrido, cuando la Esperanza de Triana llegó a la altura de la Macarena en el interior de la Catedral y se acercó hasta apenas un metro del magnífico palio de malla de Rodríguez Ojeda. En aquel momento se aplaudió desde el exterior de la Catedral al presagiar lo que estaba ocurriendo dentro. En el interior, el silencio roto tan solo por el sonido de las bambalinas del palio de la Trianera y cuando comenzaron a rezar la Salve los presentes de ambas Hermandades. Muchos lo llamarón la "Madrugá de la Esperanza", las dos, frente a frente, con un gran contraste, la penumbra de una Esperanza que esperaba, y la luz de otra que encontraba el amanecer.
Luego, ambas imágenes, antecediendo a la Cofradía de Los Gitanos, salieron una tras otra. Justo al amanecer, en la plaza Virgen de los Reyes se alternaban las bandas con marchas dedicadas a Las Esperanzas, Esperanza de Triana Coronada para una, Pasa la Macarena para otra, esa esperanza que muchos no perdemos, por volver a vivir un momento igual, aunque sea, claro, por vídeo.
Disfruten del vídeo una y otra y otra vez, porque otro momento mágico como éste pocas veces más volverán a ocurrir...
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